Dicen que por las noches
nomás se le iba en puro llorar.
Dicen que no dormía,
nomás se le iba en puro tomar.
Juran que el mismo cielo
se estremecía al oír su llanto.
Como sufrió por ella,
que hasta en su muerte la fue llamando.
Cucurrucucu... paloma.
Cucurrucucu... no llores.
Las piedras jamás, paloma
¡que van a saber de amores!
Que una paloma triste
muy de mañana le va a cantar,
a su casita sola,
con sus puertitas de par en par.
Juran que esa paloma
no es otra cosa más que su alma,
que todavía la espera
a que regrese la desdichada.
Cucurrucucu... paloma.
Cucurrucucu... no llores.
Las piedras jamás, paloma
¡que van a saber de amores!
Cucurrucucu... cucurrucucu...
cucurrucucu... paloma, ya no le llores.
Paloma ya no llores.
Cucurrucucu... cucurrucucu...
Paloma ya no llores.
Paloma ya no llores.
Autor:
Tomás Mendez
Intérprete:
Rocío Durcal
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